martes, 14 de junio de 2011

Terapias alternativas

Entre tanta antena y red de red
anduve buscando una parva de agujas
para enviarte un saludo y un gran agradecimiento,
una manada de agujas para clavar sobre el dolor
que a veces nos cubre como una pesada manta;
agujas no vienen en parvas ni en tandas ni en comitivas
y tampoco se convocan así nomás por que sí -había sido-
ni un dolor de cuerpo entero
ni neuralgia rompe cráneo
ni falta de amor o de sosiego
harán que las agujas se pinchen por motus propio.

Pero,
(felizmente siempre encontramos la posibilidad de la adversativa positiva)
me han dicho que las agujas pueden suplantarse con dedos y estuve contando un poco
tengo diez pegados a las manos
tengo diez pegados a los pies
veinte dedos como agujas
que pueden practicar acupuntura en
algún mimo desprendido
un amistoso pinchar o hacer cosquillas
cualquier actividad que promueva la sonrisa
en la sobremesa de las marineras
al final de una intensiva clase de instrumento o
en el lapso en que se pinta uno un moño en un abrazo
que siempre escribimos y casi nunca nos damos.

Voy a ponerme a practicar
quizás escubra entre otros dones
que soy capaz de anular el dolor
con la ternura de pinchar con las yemas de estos dedos.

Alegría.

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