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Sí, te vas a reír, porque sabés
que en el patio de la siesta es
como si no fuera cierto

es otra cosa casi como un puente
-quizás sea un puente- y además,
que acá se le flashea bastante con 
eso

en cuanto le corriste el cuerpo de
ahí

(a esta altura te habrás preguntado
cómo se me ocurrió escribir flashea)



Creíste que te olvidaste de torzar el
cuerpo pero la orden es un dato tan 
bien puesto que sin presión más que
la del pensamiento del propio cuerpo,
el cuerpo ¡pum!
torzado.


Y te das cuenta simultáneamente
de que hizo mucho tiempo que no.
El tiempo quenó. Si te gusta más le
ponemos de nombre propio El Tiempo
Quenó.

Ése tiempo.

El tiempo de los cuerpos.
El tiempo de la resistencia.


Nos ha gustado siempre el patio
justamente por ésto.


RdS. Acá lo único cierto es el gato.