martes, 7 de julio de 2015
No obstante, disociar es separar una cosa de otra cosa. Pero no de cualquier cosa, en ambos casos de cosas. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Las cosas de la disociación estaban juntas. En un pretérito perfecto. Que, por otro lado, suena a nombre de otra cosa.
A veces me da la sensación de que decir cualquier cosa equivale a reconocer su opuesto, su polo, su negativo-positivo, extremo, lado, darlo por echo, darlo por sabido, por sabido y comprendido, y así... Casi como si el otro que dice pensara con la cabeza de uno. Y al revés también.
A veces esa sensación me pone a ladrar como cánido o me arroja bajo llave de silencio. En cualquiera de los dos casos, pienso que todos somos inocentes. A veces todavía me da miedo.
Alegría.
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