Entrevista, febrero 2016
por Fabián Medina
“La lírica musical es lo que más me atrapa”
Carla Curti es una de las nuevas caras en el panorama de las letras locales. Si bien se trata de una autora que desde hace varios años publica en diferentes medios sus textos a la par que desarrolla y forma parte de talleres literarios, recién en 2015 presentó su primer libro. Con el nombre de “Lo que muere”, la escritora publicó de manera independiente un interesante registro de textos poéticos que llama la atención tanto por su contenido como por su presentación.
¿Cómo describirías “Lo que muere”?
Es un libro de textos poéticos. Intenté plasmar tres aspectos de lo que muere, no solo en el sentido a la muerte física sino también a lo que deja de ser, a lo que cambia. El libro está compuesto por tres textos que escribí entre 1999 hasta y 2012.
¿Por qué te llevó tanto tiempo publicar el libro?
Se realizaron otras pruebas . En 2011 publiqué dos de los textos que hoy componen el libro, incluyó una presentación audiovisual que edité de forma casera y lo llamé ‘maqueta de lo que muere’. Pero sentía que todavía el texto estaba incompleto, que faltaba algo. Recién en 2012 pude terminar el texto que sentía le daba un cierre al concepto.
¿Qué te motivó a encarar la publicación en forma independiente?
Consulté algunas editoriales pero no hubo un acuerdo entre la idea que yo quería para la edición final y la idea de los editores. Por eso, después de mantener un par de charlas y ver que no había consenso, decidí encarar en forma personal la maquetación y edición del libro; la mejor opción para mí fue hacerlo cien por ciento en serigrafía tradicional.
El libro no tiene ningún tipo de ilustración y además está íntegramente en blanco y negro ¿a qué responde la búsqueda minimalista de la publicación?
Mi intención era no distraer del texto. Que lo escrito sea lo más importante para que la atención del lector no se enfoque en otras cuestiones. Por eso tampoco tiene numeración. La idea era dejar el texto lo más limpio de información extra para que el lector pueda encarar la lectura de la manera que considere. Además el formato favoreció el trabajo en serigrafía.
¿Qué recorrido planteás para la presentación de la obra?
De momento se hicieron 100 ejemplares. Luego de la presentación que salió en diciembre de 2015 estuvo circulando en ferias de artesanía. La idea es re-presentarlo en marzo en la Biblioteca Popular de Posadas donde me gustaría dejar un ejemplar de obsequio para sus archivos. Después, veré.
Silencio, muerte y esperanza
“Lo que muere” se trata de un juego de convivencia. El dolor y la esperanza conviven entre recuerdos de la infancia, la juventud y la adultez, alternando siempre la primera y la tercera persona.
El silencio es un tema recurrente en el libro ¿a qué te remite?
Me gusta pensar el silencio dependiendo del contexto. Intento reflejar el silencio tanto en lo referido al miedo, a la ignorancia y a la muerte, al que considero el silencio más conmovedor.
Hay una alternancia constante entre la primera y la tercera persona
Sí, sobre todo cuando lo planteo como un desdoblamiento, para analizar algo que no comprendo. Igual, no se trata de un libro autorreferencial. Hay cuestiones personales pero también ajenas que fui observando y reflexionando durante estos años y quedaron registrados en el libro.
¿Cuál es el mensaje de la obra?
Creo que un poco se trata de hablar de estos silencios, el mensaje siento que es ‘empezar a hablar’, empezar a decir, a otros y a mí misma. La tercera parte del libro es la más fuerte. Fue lo último que escribí y en cierta medida refleja la pérdida física y espiritual que deja un lugar para la esperanza por lo que pongo énfasis en la palabra “refundar” que, para mí, tiene una connotación muy importante en lo que refiere a volver a construir sobre las bases, reconociendo el error o la pérdida, refundar el silencio o la palabra con la palabra o el silencio...
Influencias y el panorama
La autora también explicó cuáles son los autores y los libros que forman parte de su marco de referencia a la vez que se permitió trazar un interesante análisis del panorama local.
¿Cuáles son tus influencias?
Tengo muchos referentes, podría citar a Macedonio Fernández, Oliverio Girondo, Julio Cortázar y Silvina Ocampo, entre otros. Pero lo que también es igual de influyente en mí es la música. Podría nombrarte a Spinetta, Charly, Francisco Bochatón o en plano local a Osvaldo de la Fuente, Nakazato, Moya… Son artistas cuyas letras me llegan de una manera especial por esa mixtura con la música. Los escucho como si los leyera.
¿Cómo fue tu acercamiento a la literatura?
El primer libro que leí fue “Corazón Galápago” de Susana Valloud, una escritora local que tiempo después fue mi profesora en la secundaria. Se trata de un libro de aforismos que estaba en la biblioteca familiar y me llamó la atención por los escritos breves. De esa biblioteca también me fasciné con las ilustraciones de una edición muy linda de la “Divina comedia” de Alighieri. Ya de grande, cuando estaba estudiando en Corrientes me prestaron una fotocopia de “Persuasión de los días”, de Girondo, que marcó un antes y un después para mí. Lo curioso con Girondo es que leí casi todos sus libros pero no conservo ninguno, podría decir que lo leí ‘de prestado’. Otra autora que me encantó fue Ana Becciu, a la que empecé a leer con “Ronda de noche”.
¿Qué te parece el panorama actual de los escritores misioneros?
Se está produciendo mucho y cada vez en mejor calidad, tanto técnica como editorialmente. Todavía no he podido leer nada que me atrape en materia de narrativa. Sí creo que hay un panorama interesante en poesía, con muchos autores editando constantemente. Aun así, para mí la lírica musical sigue superando a la escrita; es lo que más me atrapa, me genera cosas que hasta ahora no sentí con los escritores locales; sigo abierta a la sorpresa.
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